"Soy madre de dos hermosas nenas, una de dos años y otra de cuatro años de edad. Me angustio cuando mi hija menor frecuentemente golpea a su hermana mayor, y ésta siempre se va en llanto. Esto pareciera que lo disfrutara. Cada vez que la niña menor abusa de su hermana la reprendo fuertemente y muchas veces hasta le doy nalgadas; aunque esto me desagrada, pero ya no encuentro como tratarla para que entienda que tiene que respetar a su hermana.
Lo que me preocupa en sí, es que la niña pareciera no
importarle, porque sigue con la misma actitud agresiva hacia su hermana cada vez
que inician un juego. Por esta razón necesito estrategias para que mejoren las
relaciones entre ellas".
Primero que nada es importante que la madre o el padre intente relajarse para que
baje sus niveles de angustia y pueda orientar a sus hijas con eficacia. Ellos necesitan saber que el castigo que
utilizaba con la niña menor no es recomendable, porque al dar nalgadas a la
niña envía un mensaje agresor que es totalmente contradictorio con lo que
quiere transmitir. La niña menor no entenderá cómo es que no debe
pegarle a la hermana si su madre le pega a ella. Además cuando utiliza la
misma técnica de la nalgada - que ya no hace efecto-; la niña podría utilizar esta
situación como una forma de captar atención y de tener a la madre a su
disposición.
Es necesario actuar entonces, con un alto sentido de
responsabilidad, amor, firmeza y
serenidad. Decir a la pequeña que a su hermana le duele lo que le hace,
y hacer gestos de dolor, para que la niña identifique la emoción. Asimismo,
explicarle que no tiene permiso de pegarle, que a ella le molesta mucho lo que
le hace a su hermana. Seguro que mediante estas advertencias, la niña entenderá
que no debe seguir actuando de la misma manera con su hermana, sobre todo si
los padres son perseverantes con este tipo de educación.
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