miércoles, 3 de septiembre de 2014

“Es un asunto muy duro y triste atreverse a contar algún hecho trágico dentro de la familia. Sin embargo, hasta ahora creo, que hay que botar todo ese dolor que llevamos profundamente para dar oportunidades a experiencias más saludables. El caso es que mi hermana mayor después de tres intentos de suicidio, logró su cometido hace cinco años, lo cual ha sido una tragedia en nuestras vidas. Mi madre me cuenta que desde pequeña, fue una persona callada, “tranquila” y se conformaba con poco. Realmente, nunca más se habló sobre el tema. Esto nos ha mantenido en ascua e incertidumbre durante todo este tiempo. Pues,  no sabemos que fue lo que realmente sucedió con ella. Mi madre aparentemente lo ha soportado, pero me sigue preocupando las muchas noches que no concilia el sueño, sus angustias y depresión que han hecho mella a su bienestar. Se ha llevado a los mejores psiquiatras, casas de reposo; pero nada, vive medicada, lo cual le causa incomunicación y pasividad la mayor parte de su tiempo. Su actitud de entrega, nos causa mucha tristeza, especialmente a mis hijos que todavía son pequeños, y que no llegan a explicarse por qué la abuela, casi nunca se ríe y está como ausente. El hecho, es que se les ha mantenido oculta la realidad del infortunio debido a lo trágico de su naturaleza. Aunque también sé que no es bueno mentirles sobre lo sucedido. Me gustaría saber ¿Si aún puedo lograr algún bienestar para los miembros de nuestra familia? Y manejar actitudes positivas frente a esta realidad.”


 Ciertamente, la muerte de un ser querido bajo estas circunstancias es un hecho terrible y triste. Ojala que al menos sirva para reflexionar y reconocer que a menudo  no sabemos qué está ocurriendo en la vida de cada uno de nuestros seres amados y que por lo tanto, siempre debemos apoyar, ser generosos, amables, menos duros y comprensivos como esto sea posible.

El suicidio puede ser un tema muy penoso, aún cuando no entendemos su naturaleza, debido a lo confuso de su carácter para los niños, por lo que se sugiera que se proteja especialmente a los niños (as) pequeños de un asunto doloroso como éste en la familia. Es recomendable, que se le diga a los pequeños, que la tía murió a causa de un accidente repentino y explicar hasta ahí. Sin embargo, cuando los niños tienen una edad entre los ocho o nueve años, quizás su curiosidad los lleve a preguntar acerca de la muerte de esa persona cercana que no volvieron a ver más. Si este es el caso, es bueno explicarles lo que significa un suicidio (acción de quitarse voluntariamente la vida). Por ejemplo, señalarles que la tía se quitó la vida porque ya no era feliz y equivocadamente pensó que todos estarían mejor sin ella. Hacer énfasis en que el suicidio es algo que se ve poco, porque lo cometen personas que tienen dolencias mentales y por tanto, sufren por ello.


Ahora bien, aunque la cotidianidad nos golpee profundamente nuestra existencia, en la búsqueda del bienestar familiar, pesan más las actitudes y las medidas que uno pueda tomar, que las circunstancias externas, que si bien tienen influencia, no tienen por qué
.4ser determinantes. Martín Seligman, creador de la teoría del bienestar, que está relacionada con el procurar tener en la cotidianidad la mayor cantidad posible de emociones positivas. Señala, que una buena dosis de amor, esperanza, inspiración diversión, alegría, gratitud, serenidad, curiosidad, orgullo y asombro, es bueno vivirlo y estar conscientemente de todo ello. Por tanto, buscar formas de experimentar algunas de estas emociones frecuentemente, minimiza la dureza de nuestras experiencias, porque no hay duda de que ellas influyen directamente en el bienestar, pero no sólo en el que se experimenta en el momento de vivirlas, sino a largo plazo. En este sentido, es bueno imitar aquellas personas que de manera natural acceden a practicar los placeres de la vida y tratan de vivir el presente, sintiéndose agradecidos por lo que tienen y lo bueno que la vida les concede. Además, de tener una visión optimista sobre su futuro. Así, que es importante, que cultivemos emociones positivas, aunque esto es una decisión y una forma de vida. Estudios muestran que quienes tienen una vida plena, dedican mucho tiempo a su familia y amigos, así como a fortalecer esas relaciones y divertirse con ellas.


Practiquemos, entonces con nuestros familiares, diversas acciones prosociales, tales como: expresiones verbales que reduzcan la tristeza en personas abatidas y que aumenten su ánimo. Igualmente, expresiones verbales que confirmen su valor y que aumente su autoestima (interceder mediante palabras consoladoras y de simpatía, alabanzas y elogios), que contribuyan al clima psicológico de bienestar, reciprocidad y unidad hacia todas los miembros que conforman nuestra familia. Estas acciones son positivas, porque son nuevos modos de responder con afectividad, lo cual hace posible que nos empoderemos de actitudes comprensivas y valiosas, que ocultamos y que muchas veces impedimos que afloren. Cuando tratamos de comprender un comportamiento mental diferente, necesitamos probarlo una y otra vez, para que luego se convierta en parte de nosotros mismos, esto es posible, pero a través de mucho amor, perseverancia y paciencia constante, para que se instale adecuadamente hasta que nuestra mente “empatice” con el nuevo patrón establecido. Esto ofrece la posibilidad, de estar atentos a nuevos puntos de vista y a la relación honesta con los integrantes de nuestra familia.  


Al parecer uno de los pilares de la teoría de Seligman, es que otras personas son el mejor antídoto contra los momentos difíciles de la vida y la forma más viable para animarse. No obstante, todos sabemos, que las relaciones, por más importantes que sean, no son tarea fácil. De allí, que necesitamos entonces alimentar las relaciones conscientes. Ello significa, que cada persona asuma su responsabilidad y acepte sus consecuencias; aunque siempre estaremos pendientes de ofrecerles nuestro apoyo incondicional. Lo importante de todo esto, es que entendamos que si deseamos nuestro bienestar, necesitamos enfocar nuestros objetivos y ambiciones con los que sentirnos comprometidos nos ayudará. Se trata de metas que nos permiten sentirnos complacidos durante el recorrido mientras hace que nos movamos hacia el logro, que también es una fuente de satisfacción. Esto implica que cada quien tiene la responsabilidad de encontrar su bienestar, pues nadie duda de que nuestra vida, sólo puede ser mejor si tiene un verdadero sentido. Cada uno de nosotros es un reflejo de nuestro mundo interior. De ahí, que nuestro cuerpo será una maquinaria perfecta de la que estaremos orgullosos. 
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