martes, 3 de diciembre de 2013

"Aprendí que cada experiencia docente es una oportunidad para crecer"

"Soy docente en una escuela Básica Nacional desde hace diez años, constantemente participo en todos los cursos y talleres que puedo sobre dificultades de aprendizaje, porque es mi especialización. 
Considero que debo estar en constante actualización para desarrollar estrategias de competencias que ayuden a superar las deficiencias de mis estudiantes. Por esta razón, al inicio del año escolar tengo por costumbre organizar equipos de apoyo conformados por padres y representantes colaboradores. Su única función es mantener una actitud de vigilancia que ayude a conservar en buen estado el salón de clase y algunas áreas específicas (área de lectura y huerto escolar). 
Ahora bien, desarrollar este tipo de planificación me ha traído encuentros desagradables con la directora de la institución, quien dice: “que ando detrás de su cargo”. Esto, ya que algunos colegas de otros salones y miembros de la comunidad frecuentemente piden mi ayuda para resolver de alguna forma dificultades que les aquejan. Por esta razón la directora mantiene una actitud poco receptiva. Algunos miembros de la comunidad se quejan porque ella no da importancia a sus opiniones. Dicen: “se encierra con un grupito de maestros y se hace la vista gorda”. Esto les preocupa, pues no hayan como salir de problemas que tiene la institución (baños en mal estado, techos y paredes de salones deteriorados, entre otros), por lo que no saben qué hacer. De modo que sugerí que buscaran la mejor manera de plantear sus problemas y encontrar alternativas de solución. Sin embargo, a medida que transcurre el tiempo, el clima institucional tiende hacerse pesado y ello se aprecia en los miembros de la comunidad y en los colegas. Por tal razón, me gustaría saber ¿Qué estrategias podemos tomar para restituir un clima de paz y convivencia?"

El relato describe una relación laboral en el área educativa, donde se asume que cada docente tiene por su formación ética una serie de valores considerados básicos dentro de su perfil. Los docentes requieren de la capacidad para valorar, gerenciar y comprender cuándo ciertas actitudes pueden afectar a los integrantes de una institución. 
Aunque es bueno saber que los valores de convivencia no coexisten por igual en mucha gente, pues no se imponen, sino que nacen de la propia persona. Por ejemplo, el sentido de responsabilidad, honestidad y consideración deben surgir espontáneamente.
La agresión en el mundo de la persona adulta, desafortunadamente se produce con frecuencia en el ámbito laboral y profesional, porque en este ámbito se expresan esos sentimientos negativos y no muy bien reconocidos del ser humano, como son los celos, la competencia desleal, la ambición…, que generan la falsa creencia de que a través de ellos se puede lograr la superación personal. Es decir, se piensa que a través de actitudes egoístas pueden alcanzar el éxito profesional.
La agresividad como emoción espontánea en todos los seres humanos necesita ser educada. Si se maneja con moderación, esta puede expresarse de modo productivo, ya que puede ser útil cuando superamos dificultades o protegernos del peligro. Sin embargo, en este relato podemos observar cómo la agresividad puede producir la intención, por parte de quien la sufre, de ocasionar daño. Las personas que mantienen actitudes agresivas no sólo se dañan a sí mismas, sino también a todos los que la rodean. De hecho hacen difíciles las relaciones interpersonales.
Una posible estrategia, puede ser que la maestra transforme la vivencia, como una oportunidad para crecer -tanto ella como su colega-, en lugar de aumentar la frustración ya existente. 
Ello evitaría formar una cadena o ciclos de conductas agresivas. Es importante, en este caso, que la maestra reconozca que las buenas relaciones entre colegas están en procurar hablar en privado con aquellos que tienen actitudes disruptivas y así resolver los malos entendidos. 
Un ejemplo sería decir: “Directora, me gustaría saber qué pasa con nuestra relación; me siento incómoda y es bueno saber lo que sucede”. Esta disposición positiva, ayuda a mantener una comunicación clara y de respeto entre las docentes o miembros del entorno laboral. El sólo acto de saber escuchar y tratar de ver el punto de vista de su colega abre enormes posibilidades de entender lo que está pasando. Así contribuye a que la directora cambie de actitud y mejore las relaciones con todos los miembros de la comunidad escolar. 
Una herramienta importante, para que otros nos acepten, es mostrar un interés personal que nos acerque más mutuamente. Propiciar empatía es la actitud que nos capacita para entender el pensamiento del otro, porque juega un importante papel en los sentimientos. Esta es la manera más adecuada de educar y crear conciencia para que la persona y ,especialmente el estudiante, asimile ideas, lecciones, emociones y sensatez al saber distinguir los patrones constructivos a lo largo de su vida. Sólo así la paz y la convivencia serán posibles en la comunidad escolar.

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